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TITULO B

viernes, 19 de noviembre de 2010

CLAVES PARA UN ESTUDIO INTELIGENTE


La batería posee su propia técnica, como cualquier otro instrumento. Si tenemos la intención de expresarnos con libertad debemos conocer dicha técnica lo mejor posible. Aún así, hay que tener presente que poseer un perfecto dominio de la técnica no nos garantiza un elevado grado de expresión, aunque es uno de los medios para conseguirla. Si no tenemos nada que expresar, lo mas probable es que nuestra interpretación parezca un montón de ejercicios con un grado mas o menos elevado de virtuosismo. Si queremos tocar música tenemos que considerar la técnica como un medio y no como una finalidad. No es descabellado, por tanto considerar el estudio de la técnica como una gimnasia. El sistema nervioso debe desarrollar de una manera más acentuada habilidades como, por ejemplo, la coordinación. Los tendones y músculos que intervienen tienen que ser fortalecidos para realizar los movimientos con efectividad. El cerebro tiene que acostumbrarse a mandar esos nuevos mensajes a nuestras piernas y brazos y éstos, a su vez, a responder de la forma correcta.
Hagamos un pequeño análisis de las causas de nuestros fallo en el momento de la interpretación. Básicamente hay dos fuentes de error: el sistema nervioso y las extremidades. Cuando nuestro cuerpo esta suficientemente preparado y fallamos, el error se debe a un mensaje mal enviado por parte del cerebro. Esto puede ser debido a la falta de concentración o por no conocer el estilo musical en el que estamos envueltos. En cualquier caso, nuestro cerebro no tiene todas las claves para la perfecta ejecución. En el caso opuesto, tenemos un cerebro que sabe lo que quiere pero unas extremidades que no están preparadas para esa ejecución. Esto sucede cuando nos gustaría ir mas de prisa o cuando queremos crear un patrón que involucra movimientos que no podemos hacer correctamente. Estos dos factores (cuerpo y mente) necesitan ser entrenados debidamente.
Vamos a hablar primero del entrenamiento del cuerpo. Esto involucra músculos, tendones y todo lo que concierne a la parte mecánica del hecho de tocar. La palabra clave aquí es REPETICIÓN. Debemos acostumbrar a nuestro cuerpo a todos esos nuevos movimientos hasta que formen parte de su repertorio habitual. Lo primero que haremos será identificar cuales son esas nuevas habilidades. Para ello podemos solicitar la ayuda de un profesor en la materia o consultar libros. Yo me inclino por la opción del profesor puesto que la cuestión visual es muy importante. En este sentido debemos aprender cosas como sentaros debidamente, tomar las baquetas de forma correcta, golpear bien en los parches y en los platos, .... Es fundamental entrenar bien los brazos, las muñecas y los dedos, así como los pies. Aún así, lo mas importante no son los “como” sino los “por que”. Si yo por ejemplo, me siento a una determinada altura y sé porqué lo hago no andaré cambiando mi posición según como se siente el baterista de moda. Por esto es fundamental escuchar las explicaciones de los demás sobre como hacen las cosas. Una vez que hayamos determinado los elementos necesarios, empezaremos a trabajar. Tenemos ante nosotros un nuevo montón de habilidades que debemos entrenar y aquí la paciencia es primordial. Los nuevos movimientos deben ser repetidos de forma lenta, durante espacios prolongados de tiempo, de un manera constante. El uso del metrónomo es fundamental ya que desarrolla nuestro sentido del tiempo y nos ayuda a visualizar nuestro progreso. Es recomendable empezar a tiempos entre 40 y 60 b.p.m. Pongamos un ejemplo si queremos desarrollar nuestra mano izquierda podemos tocar semicorcheas con ella a 40 b.p.m. durante cinco minutos sin parar. Como este es un tiempo muy lento podemos focalizar nuestra atención en la correcta colocación de la mano. El hecho de estar tantos minutos sin parar hace que nuestra extremidad memorice el movimiento y lo haga propio y natural. Poco a poco notaremos que podemos poner el metrónomo mas rápido sin por ello añadir tensión. No conozco un sistema mejor para alcanzar una gran velocidad que trabajar lenta y constantemente. Cuando el cuerpo internaliza los movimientos no necesitamos pensar en ellos y, por tanto, podemos entregarnos a las actuaciones y al goce que acarrean. Durante el proceso de repetir debemos escuchar atentamente el sonido que estamos produciendo para conseguir que este sea limpio y muy claro. El “pero” lo pone el punto aburrido del proceso ya que la repetición es, en sí un proceso carente de creatividad. En cualquier caso también es bueno por la disciplina que nos demanda y los beneficios que nos aporta. Como alguien me dijo: “Es el desierto que todos debemos cruzar solitos”. Para cerrar este apartado me gustaría hacer hincapié en la necesidad de trabajar el sonido. En este sentido, una grabadora puede sernos de mucha utilidad. Escuchar nuestras interpretaciones nos dará muchas pistas sobre lo que funciona y lo que no.
Mientras entrenamos nuestra parte “mecánica” no debemos de olvidar la “máquina” que lo hace funcionar todo: el cerebro. Hay que encontrar un vinculo entre las señales que envía el cerebro a las extremidades y los movimientos que estas realizan. Para ello es fundamental la otra gran palabra mágica: “CONTAR”. Una frase que a mí personalmente me gusta es “si contamos, ordenamos”. Cuando contamos estamos creando un mapa mental en el que se ubican todos los “palos” que damos y en el que, por otro lado es imposible perderse. Es fundamental saber donde nos encontramos dentro del compás en cualquier momento y, cuando nos hemos entrenado contando, esto no es difícil.
Algo que no suelen decirnos los libros ni la mayoría de los profesores (quizás porque se da por supuesto) es el hecho de que todo esto vale de poco si no nos desarrollamos como personas. Una jornada diaria de catorce horas de practica baterística nos reportara indudables aptitudes técnicas, pero nuestra vide será tan vacía que no habrá nada que expresar y, por lo tanto, nuestra interpretación se tornará barroca y pesada. No quiero, no obstante, plantear un debate que no se sostiene. Practicar es muy importante, pero sin olvidar que una vida plena ayuda a nuestra música tanto o mas. Prestar atención a las relaciones personales, a otras formas de arte y al ocio colabora a mantener nuestro sistema nervioso en orden, y esto es fundamental en nuestra vida y en nuestra música. Es bien cierto que para todo existe una excepción y hay ejemplos que lo corroboran: obras que han pasado a la historia y que fueron creadas por personas con problemas de adaptación, drogas, etc. Pero esto no es mas que otro ejemplo de la capacidad asombrosa que posee la mente humana para crear belleza aún en situaciones adversas.
Otro hecho que llama particularmente la atención es que la mayoría de nosotros pasamos mucho tiempo practicando en el local y, sin embargo, el tiempo diario dedicado a escuchar música (he dicho “escuchar” y no “oír”) es casi nulo. En las clases que imparto se nota una diferencia abismal entre los alumnos que escuchan música y los que no. La interpretación de los que sí l hacen, consideraciones técnicas a parte, tiene mas sentido. Una de las cosas que más vamos a necesitar como bateristas es conocer los distintos estilos musicales. Los diferentes pueblos han ido creando a lo largo de mucho tiempo sus propias manifestaciones culturales, entre ellas la música. La técnica propia de nuestro instrumento sólo nos da la capacidad mecánica y, por tanto, debemos escuchar toda la música que hemos aprendido. Quizás en esta reflexión se encierre la respuesta a la pregunta de por que existen tantos bateristas tan virtuosos y tan iguales. Escuchar músicas diferentes, leer, estudiar otras formas de arte y en definitiva, involucrarse en el mundo que nos rodea convierte nuestra forma de tocar en única y plena de sentido.
Una vez que hemos decidido que queremos adquirir una buena técnica debemos plantearnos en plan de estudio. El tiempo que empleemos en el estudio dependerá de nuestra disponibilidad y nuestras expectativas como bateristas. En este sentido es fundamental no engañarse; si nuestro tiempo es limitado y mantenemos unas expectativas altas, lo mas posible es que nos frustremos al no conseguir nuestros propósitos. Si estamos decididos a llegar a un nivel muy alto como instrumentistas debemos ser consecuentes y restar tiempo a otras actividades para dedicarlo a la práctica diaria de nuestro instrumento. Una buena idea que nos va a ayudar a seguir nuestro progreso es apuntar en un cuaderno todo lo que vamos estudiando, los tiempos y las repeticiones realizadas.
Al fin, tenemos local, una batería, un par de baquetas y toda un mañana para practicar y, por desgracia, la pregunta del millón: ¿Qué estudio?. La solución es sencilla: toma una cuartilla de papel y escribe en ella todo lo que como baterista sabes hacer bien. Ahora, escribe en otra hoja todo aquello que crees que no sabes hacer o que no controlas bien. Esta segunda hoja te dará la clave de qué debes estudiar primero. Entre todas las habilidades que debemos desarrollar hay algunas que son fundamentales: el sentido del tiempo, el sonido y el conocimiento del pulso. Son aspectos de vital importancia por lo que es un buen punto de partida. Por desgracia, es muy común que gastemos el 90% del tiempo en cosas que ya sabemos hacer y el 10% restante en las que no controlamos aún, cuando debería ser al revés. Por esto debemos concienciarnos que el tiempo de estudio es sagrado y debemos aprovecharlo para desarrollar aptitudes nuevas.
Otra fuente importante de pérdida de tiempo es cuando nos ponemos a tocar sin ton ni son, o lo que la mayoría llama “desparramar”. Este tipo de cosas, no sólo no sirven de mucho, sino que distraen nuestra atención y concentración Si no puedes evitarlo prueba un sencillo remedio. Si mi jornada de estudio diario es de dos horas, voy a dedicar 15 minutos a “desparramar” todo lo que quiera, pero cuando ese tiempo pase, no volveré a hacerlo en la hora y pico restante, Poco a poco usaras menos tiempo para esto hasta que te des cuenta lo absurdo de emplear ni siquiera un minuto y lo eliminaras de tu practica. Esto no es mas que una estrategia de las muchas que se pueden emplear por lo que puedes desarrollar otras que te funcionen mejor.
Para terminar, me gustaría hacer énfasis en la necesidad de tener objetivos a corto plazo. Un objetivo como “tocar igual que Colaiutia” es muy loable, pero es demasiado amplio e impreciso y puede no sernos de mucha utilidad. Es mejor plantearse objetivos mas pequeños como “a final de año voy a controlar perfectamente los rudimentos”. De esta forma es mas fácil conseguir resultados tangibles. Además, ya se sabe que “pasito a pasito se llega a cualquier lugar”. Lo mas importante no es la cantidad de horas que estudiemos sino la calidad de dichas horas. Una jornada de práctica eficaz nos reportará muchos beneficios y nos dejará tiempo para otras actividades.
Espero que este articulo les ayude a haces de su practica mas efectiva pero no olviden que éste es un proceso creativo y que cada uno puede y debe inventar sus propias estrategias para conseguir los fines que se haya marcado.



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